La mujer, encargada de proteger al líder disidente, fue asesinada por celos y disputas internas, desmintiendo la versión de un operativo militar.

En un nuevo capítulo de violencia dentro de las disidencias de las FARC, alias “Jenny”, considerada mano derecha de Iván Mordisco, fue asesinada en la Amazonía y el Caquetá. Aunque la versión oficial del grupo apuntaba a un supuesto bombardeo de la Fuerza Pública, informes de inteligencia del Ejército Nacional revelan que su muerte fue resultado de una disputa interna entre integrantes del grupo armado.

Jenny, quien lideraba alrededor de 70 hombres encargados de proteger a Mordisco, despertó celos y rivalidades dentro de la estructura, especialmente por parte de alias Lorena, presunta pareja del cabecilla. Según la inteligencia militar, Lorena percibía a Jenny como una amenaza directa a su cercanía con Mordisco y a las rentas ilegales que gestionaban por su influencia sobre el líder.

El informe señala que Jenny era responsable del manejo de corredores estratégicos de narcotráfico, transporte de armas y drogas por los ríos Apaporis y Cahuinarí, así como de la coordinación del tráfico internacional de estupefacientes entre Colombia y Brasil. También ejercía control sobre el reclutamiento forzado y cometía crímenes contra comunidades indígenas en la región.

A pesar de que Jenny recurría a prácticas de brujería con fines de protección y escape frente a operaciones militares, esto no le impidió ser asesinada por un grupo de ocho integrantes de las disidencias liderado por Lorena. El asesinato se ejecutó de manera planificada: la víctima fue amarrada y asesinada de dos disparos en la cabeza, y posteriormente las disidencias difundieron imágenes de su cuerpo para confirmar la acción.

Para ocultar el crimen y evitar represalias de Mordisco, los disidentes difundieron la versión de que Jenny había muerto en un bombardeo y un ametrallamiento con embarcaciones tipo pirata, versión que fue adoptada públicamente por el grupo.

Este caso evidencia la complejidad y violencia interna de las disidencias de las FARC, donde las disputas por poder, celos y control de rentas criminales han generado conflictos mortales incluso entre sus miembros de mayor confianza.