El órgano de control exige informes técnicos y financieros ante el riesgo de que la desinversión impacte el valor de la compañía, mientras crece la presión política sobre la decisión.
La Contraloría General de la República solicitó este martes a Ecopetrol información detallada sobre una posible desinversión en la cuenca Permian, el proyecto de fracking que la estatal opera en Texas, Estados Unidos, junto a Occidental Petroleum (OXY). La petición surge en medio de la controversia por la eventual venta de lo que expertos califican como el activo “más rentable” de la compañía.
En una comunicación dirigida al presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, el ente de control requirió entregar informes técnicos, financieros y jurídicos que justifiquen la eventual enajenación, además de las actas de junta directiva donde se haya discutido el tema y documentos soporte.
La Contraloría advirtió que Permian representa cerca del 15 % de la producción total de Ecopetrol, por lo que su venta podría disminuir hasta en un 30 % el valor de la acción y comprometer la sostenibilidad financiera de la empresa.
La semana pasada, más de 70 exfuncionarios del sector energético, incluidos exministros y expresidentes de Ecopetrol, enviaron una carta a la Contraloría y a la Procuraduría solicitando frenar la venta, que —según ellos— respondería a presiones del presidente Gustavo Petro. En la misiva señalaron que Permian produce 115.000 barriles diarios y tiene un EBITDA del 76 %, muy por encima de los proyectos nacionales.
Los expertos advierten que, de concretarse la venta, Ecopetrol perdería cerca de 189 millones de barriles equivalentes en reservas (10 % del total), lo que afectaría ingresos de la compañía y del país. Tras conocerse la solicitud del ente de control, el presidente Petro invitó a una reunión técnica entre la Contraloría, el Gobierno y la junta de Ecopetrol para revisar información oficial de Estados Unidos.
En septiembre, Petro había planteado vender el campo de Texas para financiar inversiones en energías limpias en Colombia. La semana pasada reiteró que Permian “no es un buen negocio” porque, según él, no se recuperará la inversión inicial.
