La actriz, musa de Visconti, Fellini y Leone, murió en Francia dejando un legado de más de 150 películas que marcaron la historia del cine.
El mundo del cine despide a una de sus grandes figuras. Claudia Cardinale, icono del séptimo arte italiano y musa de directores como Luchino Visconti, Federico Fellini y Sergio Leone, falleció a los 87 años en la localidad de Nemours, al sur de París, en la región de Île-de-France.
Nacida en 1938 en el actual territorio de Túnez, en el seno de una familia siciliana, Cardinale desarrolló una carrera internacional que la llevó a ser reconocida como una de las actrices más importantes del siglo XX. Además de la italiana, poseía la nacionalidad francesa. Su deceso fue confirmado por su agente, Laurent Savry, a la agencia AFP, información replicada por medios como Le Monde y Franceinfo.
Con su inconfundible voz ronca y profunda, y una belleza que deslumbró a generaciones, protagonizó películas que hoy son clásicos del cine de autor, entre ellas 8½ (Fellini, ocho y medio), Il Gattopardo (El gatopardo), Rocco e i suoi fratelli (Rocco y sus hermanos) y C’era una volta il West (Érase una vez en el Oeste). También conquistó Hollywood con su participación en The Pink Panther (La pantera rosa, 1963).
La noticia de su muerte generó inmediatas reacciones. El alcalde de Cannes, David Lisnard, recordó que la actriz fue protagonista del cartel de la edición 70 del festival de cine y la definió como “una huella indeleble en la historia del cine”.
Por su parte, el ministro de Cultura de Italia, Alessandro Giuli, la describió como “la personificación de una gracia completamente italiana” y lamentó la pérdida de “una de las más grandes actrices de todos los tiempos, reconocida en todo el mundo”.
En más de seis décadas de carrera, Claudia Cardinale participó en más de 150 películas, convirtiéndose en una referencia indiscutible del cine europeo y mundial.