La empresa barranquillera Litoplas, referente en la industria de empaques flexibles, ha recibido una histórica aprobación del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima), permitiéndole utilizar materiales reciclados posconsumo en empaques destinados al contacto directo con alimentos. Con esta certificación, Litoplas se posiciona como la primera compañía del sector en Colombia en lograr este reconocimiento.
José Luis Mora, presidente de la compañía, destacó que este avance responde a una preocupación constante: el destino de los empaques tras su uso. Frente a este reto, la organización decidió impulsar una estrategia de economía circular, fomentando el reciclaje como vía para reducir el impacto ambiental y darle una segunda vida útil a los materiales.
Como parte de esta iniciativa, Litoplas ha creado alianzas con asociaciones de recicladores, facilitando la recolección del material que luego es transformado en su spin off, Polyrec. A través del reciclaje mecánico, este material se convierte nuevamente en insumo para empaques secundarios, promoviendo un modelo productivo más limpio y responsable.
Además, la empresa también ha desarrollado un proceso de reciclaje químico mediante pirólisis, que convierte los residuos plásticos en pellets —gránulos con características similares al plástico virgen—, los cuales ahora cuentan con el respaldo del Invima para ser usados en estructuras de empaques alimentarios. Las pruebas realizadas confirmaron que estos empaques, compuestos en más del 70% por material reciclado, cumplen con los estándares de higiene, resistencia y conservación necesarios para el contacto con alimentos.
Álvaro Quintero, jefe de producto de Litoplas, resaltó que la aprobación valida años de investigación y trabajo colaborativo con diversos actores del sector. “No se trataba solo de reutilizar plástico, sino de garantizar empaques seguros y funcionales para productos alimenticios. Este logro representa un paso firme hacia soluciones más sostenibles”.
Litoplas, con presencia también en Guatemala y una planta de más de 500 colaboradores, continúa fortaleciendo su enfoque de ecodiseño, alineado con las metas de sostenibilidad de sus clientes y los desafíos globales del medio ambiente. Este reconocimiento del Invima no solo avala una innovación técnica, sino que impulsa una transformación profunda en la industria del empaque, demostrando que es posible integrar responsabilidad ambiental sin comprometer la calidad.