El Gobierno venezolano condenó de inmediato la ofensiva y la calificó como una “agresión imperialista
De acuerdo con medios internacionales, el ataque habría tenido como objetivo posiciones estratégicas vinculadas al Gobierno de Nicolás Maduro, aunque hasta el momento no se ha confirmado el alcance de los daños ni el número de víctimas. Washington sostiene que sus acciones buscan frenar actividades que considera “amenazas a la seguridad regional”.
El Gobierno venezolano condenó de inmediato la ofensiva y la calificó como una “agresión imperialista”, asegurando que constituye una violación de la soberanía nacional. Maduro convocó a movilizaciones en rechazo a lo ocurrido y reiteró que su país “no se doblegará ante presiones externas”.
Este nuevo episodio se produce en medio de sanciones económicas, disputas diplomáticas y acusaciones mutuas entre Caracas y Washington, que mantienen una relación marcada por la confrontación desde hace más de una década.
Analistas señalan que la situación podría derivar en una mayor polarización política y social dentro de Venezuela, al tiempo que aumenta la preocupación internacional por la estabilidad de la región
