El hallazgo fue posible luego de una ardua y persistente investigación liderada, en gran parte, por el padre de la víctima, Wilmer Guerra, quien no descansó hasta encontrar a su hija.
La finca “Las Palmitas”, ubicada en una zona rural del municipio de Manatí, ocultaba desde hace más de un año el trágico destino de Wilmary Carolina Guerra Montilla, una joven venezolana de 32 años que desapareció el 18 de septiembre de 2023. El cuerpo de Wilmary fue hallado enterrado en ese predio gracias a la información entregada por el hermano del principal sospechoso del crimen, Franklin Jesús Trillos Yance, quien aún permanece prófugo.
El hallazgo fue posible luego de una ardua y persistente investigación liderada, en gran parte, por el padre de la víctima, Wilmer Guerra, quien no descansó hasta encontrar a su hija. Él mismo identificó la finca como el último lugar donde Wilmary estuvo con vida, gracias a un video que ella misma envió antes de desaparecer.
En declaraciones ofrecidas a Zona Cero, Wilmer relató cómo fue capturado el hermano de Franklin, quien para la época de los hechos se desempeñaba como administrador del predio. “Lo encontraron en su casa, tranquilo, chateando por teléfono. Todo el tiempo negó haber sabido algo, pero tras varias horas de presión e interrogatorios, terminó accediendo a cooperar”, explicó el padre de la joven.
De acuerdo con el testimonio, el hermano del sospechoso inicialmente ofreció una versión en la que admitía haber visto a Wilmary en la finca el 19 de septiembre, junto a Franklin, y aseguró que ambos estuvieron allí hasta el mediodía, momento en el que supuestamente se dirigieron a otra finca para realizar un supuesto “acto de brujería”. Afirmó que luego no supo más de ellos, y que se enteró por la prensa de la desaparición.
Sin embargo, ni Wilmer ni las autoridades dieron crédito a esa versión. “Nadie me va a hacer creer que ese individuo fue directo al lugar donde estaba el cuerpo, solo por una referencia. Tuvo que haber participado”, sentenció Wilmer.
El giro definitivo en la investigación se produjo cuando, bajo presión, el hombre accedió a revelar la ubicación exacta del cuerpo. El jueves siguiente, un equipo del CTI de la Fiscalía, acompañado por antropólogos forenses, se dirigió al lugar. Tras excavar cerca de dos metros de profundidad, los agentes hallaron los restos de Wilmary, confirmando así lo peor.
“La primera parte que apareció fue un brazo. Luego, el equipo completó la labor forense y logró extraer el cuerpo completo”, contó el padre, quien estuvo presente durante el operativo.
Wilmer Guerra también aprovechó para enviar un mensaje a las autoridades: “Que los investigadores se pongan en el lugar de los familiares. Si decidieron tener ese tipo de trabajo, que lo hagan con amor. Porque no hay una cosa más hermosa que hacer algo con dedicación”.
Mientras tanto, la investigación continúa y la familia Guerra Montilla clama justicia. El principal señalado del feminicidio, Franklin Jesús Trillos Yance, sigue en fuga, y según versiones extraoficiales, podría haberse ocultado en Barranquilla o incluso haber huido del país hacia México.
Las autoridades mantienen activas las labores de búsqueda, mientras crecen las exigencias de justicia por parte de la familia de Wilmary y de una sociedad que sigue exigiendo acciones contundentes contra la violencia de género.
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