El presidente estadounidense lucha por cumplir con la ley a pesar de sus reservas sobre el proyecto.
El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, expresó el jueves sus dudas sobre la efectividad del muro fronterizo construido en la frontera con México, pero subrayó que no tiene margen para evitar su refuerzo. Durante una reunión en la Casa Blanca con su equipo de Seguridad Nacional, el mandatario demócrata lamentó la imposibilidad de redirigir los fondos asignados para el muro hacia otras labores, a pesar de sus reiteradas solicitudes al Congreso.
«Intenté que se reapropiara, que se redireccionara ese dinero. No lo hicieron. No lo harán. Mientras tanto, la ley no establece nada más que utilizar el dinero para lo que fue considerado. No puedo detener eso», afirmó Biden, un día después de que su Administración ordenara fortalecer esa barrera en una de las áreas donde más se han registrado cruces irregulares de migrantes.
Cuando se le preguntó si consideraba que el muro era efectivo, Biden se limitó a responder con un simple «no.»
Poco después de asumir el cargo en enero de 2021, Biden se comprometió a que «no se desviarían más dólares de los contribuyentes estadounidenses para la construcción de un muro fronterizo» y anunció una revisión de todos los recursos previamente comprometidos.
Es importante recordar que los fondos asignados para la reforma del muro fronterizo fueron aprobados por el Congreso en 2019, cuando Biden aún no había asumido la presidencia y Donald Trump estaba en el poder.
La portavoz presidencial, Karine Jean-Pierre, argumentó en una rueda de prensa que la Casa Blanca no puede retrasar más las obras en el muro con México y que, ante la negativa del Congreso para desviar los fondos a otras partidas, el Ejecutivo debe «cumplir con la ley».
Jean-Pierre no confirmó si ha habido o no contactos con el Gobierno del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, que tradicionalmente se ha mostrado muy crítico con el muro.
Las obras de construcción, que se llevarán a cabo en varias zonas del valle del Río Grande, incluirán la edificación tanto de barreras físicas como de vías para «prevenir la entrada» irregular de migrantes a territorio estadounidense, según detalla el escrito publicado en el registro federal.
Esta área fronteriza, al sureste de Texas, es la segunda zona donde se han registrado más detenciones de migrantes en los últimos meses, según datos de la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP). Entre octubre de 2022 y agosto de este año, las autoridades estadounidenses han detenido a más de 245,000 personas intentando cruzar la frontera con México.
Para llevar a cabo el refuerzo en el condado de Starr, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) eximirá el cumplimiento de más de una veintena de leyes federales, incluyendo normativas referidas a protecciones ambientales, de salud pública y de conservación cultural.
A principios de este mes, la Oficina de Supervisión del Gobierno (GAO), una agencia no partidista de vigilancia, señaló que el muro construido durante la Administración del expresidente republicano Donald Trump en la frontera con México provocó daños en terrenos tribales y tuvo un impacto medioambiental negativo.
Este anuncio sobre la nueva construcción se produce en un momento en que el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha viajado a México para abordar con las autoridades del país la crisis migratoria y el problema del fentanilo.
