La FAC reemplazará sus aviones Kfir tras más de 40 años de servicio, apostando por una flota moderna, versátil y de bajo costo operativo.
Después de más de cuatro décadas de operación con los aviones Kfir, la Fuerza Aeroespacial Colombiana (FAC) confirmó la adquisición de los cazas Gripen, fabricados por Suecia, como parte de su proceso de modernización. La decisión se tomó tras 13 años de evaluación de diferentes modelos, incluyendo los Rafale (Francia), F-16 (EE. UU.) y Eurofighter (Europa), todos con capacidades operacionales requeridas por Colombia, pero con diferencias marcadas en costos, mantenimiento y tecnología.
Los Gripen ofrecen una serie de ventajas técnicas clave que inclinaron la balanza a su favor. Entre ellas, destaca su capacidad para operar desde pistas cortas y no preparadas —de entre 500 y 800 metros—, así como su diseño modular y arquitectura de “aviación abierta”, que permite actualizaciones de software sin cambiar hardware.
Las aeronaves también estarán equipadas con radar AESA montado en una placa oscilante con cobertura de 200 grados, lo que les permite detectar amenazas incluso detrás del avión. El sistema cuenta con fusión inteligente de datos, capacidades de guerra electrónica, reconocimiento, enlace de datos y comunicación avanzada.
El paquete adquirido incluye entrenamiento para pilotos y técnicos, simuladores, soporte logístico y repuestos, con una garantía operativa mínima de 35 años, extensible por al menos 15 años más. También se destaca un alto nivel de disponibilidad operativa, superior al 90 %, frente a menos del 50 % en otras alternativas evaluadas.
Colombia también valoró el origen de los componentes del Gripen, todos provenientes de países aliados: el motor es estadounidense, el radar y el tren de aterrizaje son británicos, la guerra electrónica es sueca y la estructura se fabrica en Brasil y Suecia. Ninguna parte proviene de China.
Además, los Gripen representan la opción más atractiva en términos de inversión: su costo de operación por hora es de 8.500 dólares, frente a los 12.000 del F-16 y los 28.000 del Rafale. El plan de financiación también resultó más competitivo.
Los primeros aviones llegarían al país entre 18 y 24 meses después de la firma del contrato, es decir, a inicios de 2027. Su adquisición incluye un ambicioso paquete de Offset que contempla transferencia de tecnología y desarrollo social en sectores clave. Entre los proyectos anunciados se encuentran la primera planta de paneles solares de la región, plantas de agua potable para La Guajira, programas en salud, un centro de innovación y transferencia tecnológica en áreas como defensa cibernética, industria aeroespacial y tecnología militar.
Con esta decisión, Colombia no solo fortalece su defensa aérea, sino que apuesta por una transformación tecnológica con impacto en varios frentes del desarrollo nacional.