La madre del menor manifestó que el agresor planeaba asesinarla a ella, pero al no encontrarla, acabó quitándole la vida a su hijo como una forma de causarle un daño más profundo.
Se conocen nuevos testimonios sobre la tragedia en el municipio de Malambo, donde un lamentable hecho conmocionó a la comunidad. Fabián Quintero Ramírez, un exmilitar y pastor evangélico, asesinó a su hijastro de dos disparos e hirió a la abuela del menor con tres balazos. El incidente ocurrió en el hogar de la familia, y las circunstancias previas al crimen fueron narradas por Liney Fuentes Cabrera, madre del menor, a las afueras de Medicina Legal.
Según el testimonio de Fuentes, su relación con Quintero había llegado a un punto crítico debido a diferencias personales y religiosas. Él, quien recientemente se había convertido al cristianismo y había fundado una iglesia, le exigió a ella abandonar el hogar alegando que no seguía «los caminos del Señor». Tras separarse en junio, la mujer enfrentó amenazas constantes por parte de Quintero, incluyendo mensajes intimidatorios y actos de persecución.
En los días previos al asesinato, la mujer recibió amenazas de muerte por parte de Quintero, quien, según ella, la acosaba constantemente y le enviaba mensajes insultantes. A pesar de sus denuncias a la policía, Fuentes relató que no recibió la ayuda que había solicitado, ya que las autoridades no respondían a sus llamados ni acudían a su domicilio a ofrecer protección.
Pese a los repetidos intentos de la madre por obtener ayuda de las autoridades, estas no respondieron a tiempo. La tragedia culminó cuando Quintero irrumpió en la vivienda buscando a Fuentes, disparando contra su hijo y su madre antes de huir del lugar.
Liney Fuentes, relató cómo vivió meses de acoso, amenazas y control por parte del hombre, quien finalmente llevó a cabo el trágico ataque en su vivienda.
Fuentes describió a Quintero como un hombre controlador que la vigilaba constantemente incluso después de la separación. “No quería que saliera. Cuando me veía en el parque, me enviaba mensajes diciendo ‘Ah, estás en el parque, me estás retando’. Siempre sabía dónde estaba, decía que lo habían informado, y aseguraba que me haría daño por ‘retar’ su autoridad”, afirmó.
La mujer denunció que su expareja incluso le prohibía ingresar al barrio y la perseguía armado con un cuchillo. Pese a que dejó de vivir con él, Quintero le advirtió que la vigilaría más después de la separación que cuando vivían juntos.
Me dijo que me iba a picar y meterme en una bolsa negra y si lo denunciaba que no importaba porque no le tenía miedo a la Fiscalía y a Policía”, contó.
Ayer, se cumplieron las amenazas cuando el hombre llegó a la casa de su exsuegra buscando a Liney, a quien supuestamente iba a dispararle, pero ella no se encontraba en ese momento en el inmueble.
“Entró al cuarto y no me encontró, pero le pegó tres tiros a mi madre. Mi hijo estaba en la sala y le pegó dos y salió caminando tranquilo de la casa”, narró la mujer.
Liney solo quiere justicia por la muerte de su hijo Jan Rocha Fuentes. Su madre, por su parte, se encuentra internada en la Clínica Campbell de Barranquilla, a donde fue remitida.
La mujer herida responde al nombre de Leski Isabel Cabrera Mármol, de 59 años
Según Fuentes, Quintero, quien asistió nueve meses a una iglesia antes de proclamarse pastor y establecer una iglesia en su casa, utilizó su fe como justificación para controlar su vida. Sin embargo, la mujer asegura que él no tenía problemas mentales ni estaba bajo tratamiento psiquiátrico, como podría alegar para evitar su responsabilidad. “Él no está loco, él se está haciendo pasar por loco, pero no tomaba medicamentos ni tenía ningún diagnóstico”, insistió.
Liney exigió justicia por la muerte de su hijo, quien fue asesinado a sangre fría, y por los disparos que hirieron gravemente a su madre. “Quiero que se haga justicia. Él sabía lo que hacía y actuó con premeditación. No es justo que ahora intente justificar lo que hizo”, manifestó con dolor y firmeza.
La comunidad ha exigido justicia por este acto de violencia y mayor atención de las autoridades en casos de denuncias por amenazas y violencia intrafamiliar.