Un vuelo familiar con destino a Madrid se transformó en una angustiante experiencia para una pareja colombiana y sus tres hijos. Tras despegar de Bogotá en el vuelo AV46 de Avianca, un fallo de despresurización en pleno océano Atlántico obligó a la aeronave a realizar un aterrizaje de emergencia en la isla portuguesa.
En medio de la emergencia, la presión en la cabina descendió rápidamente, activando las máscaras de oxígeno mientras el avión se precipitaba de 40,000 a 10,000 pies en minutos. “Uno de mis hijos me gritaba: ‘¡Ayúdame, mamá!’, y los demás pasajeros entraron en pánico. Ver sus caras de terror es algo que no podrá olvidar”, relató una de las pasajeras, cuyo testimonio revela la desesperación vivida en esos 20 minutos
Tras el aterrizaje, Avianca aseguró que el descenso fue seguro y que los pasajeros “llegaron en perfectas condiciones”. Sin embargo, la familia afectada cuestionó el manejo de la emergencia. “No hubo revisión médica ni apoyo psicológico tras el aterrizaje”, afirmó el padre, quien planea presentar una queja formal. Aunque agradecen estar con vida, los pasajeros resaltan que el impacto emocional del evento será difícil de superar, especialmente para los niños.