La mujer recibía solo 250.000 pesos, cuando el salario mínimo rondaba los 650.000 pesos colombianos. Ahora, la condenada deberá cancelar los salarios dejados de pagar a su víctima.
Un caso de explotación laboral y esclavitud moderna ha generado indignación y rechazo en la capital del país, donde una joven indígena denunció que su patrona la esclavizó y no le pagaba por estar en estado de embarazo. La Corte Suprema de Justicia condenó a la mujer a 13 años de prisión por este delito.
«La señora nunca me pagó. Me dio mucha timidez porque ella me hacía despertar en la hora de la noche para lavar el piso, no me mandaba a trapear normal, sino agacharme. Eso a mí me daba mucho miedo, mucha timidez. Ella no me dejaba hablar por teléfono», indicó la joven víctima.
«Además de yo ser indígena, yo estuve embarazada y me rechazó. Llegué a trabajar en estado de gestación y a ella no le gustaba porque decía que estaba manteniendo dos bocas, la de mi hijo y la mía. Me decía que no me iba a pagar», agregó.
El abogado de la joven indígena, Moisés Carreño, denunció el mal trato al que era sometida la mujer por su ex empleadora.
«Un empleador en Colombia efectivamente podría cometer el delito de trata de personas en razón a la manera indigna en que trata a sus empleados. Por ejemplo, en este caso, si se asemejan los hechos, entonces tenemos una persona que trabaja sin salario, los horarios laborales exceden la máxima carga laboral diaria».
En aquel momento, la mujer recibía solo 250.000 pesos, cuando el salario mínimo rondaba los 650.000 pesos colombianos. Ahora, la condenada deberá cancelar los salarios dejados de pagar a su víctima.
Este caso pone en evidencia la urgente necesidad de combatir la explotación laboral y los abusos contra los trabajadores más vulnerables, especialmente aquellos pertenecientes a comunidades indígenas y en condiciones de embarazo.