Las víctimas dejaron de ser solo comerciantes y transportadores, las intimidaciones de estas peligrosas estructuras criminales llegaron hasta a las amas de casa.
Ciudadanos en el pais, entre los que se encuentran comerciantes, profesionales, empresarios de transportes, ama de casas y pensionados, estan siendo asediados por la delincuencia en la modalidad de extorsión. Recientemente se conioció la denuncia de una mujer que está siendo extorsionada junto con su hija en el suroccidente de Barranquilla.
Se trata de Rocemari Pinto Ospino y su hija Claribel Colina, quienes han denunciado que las extorsiones las tienen asediadas, donde por medio de llamadas las intimidan para que paguen elevados montos de dinero, y si no lo hacen se convirtirían en «objetivo militar», donde por medio de llamadas y mensajes directos a su vivienda, las amenazan con atentar contra su vida.
Incluso, en algunos casos esto dejó de ser a través de llamadas y mensajes, sino que ya se hacen de manera personal, pues los criminales han llegado a la vivienda de la mujer, donde vive con su hija y el esposo de ésta, quienes han sido amenazados de muerte si no les da el monto del dinero que los extorsionista les exijen.
Ante esta situación, decidieron salir de su vivienda a refugiarse en residencias de otros familiares, sin embargo; las amenazas y llamadas intimidantes persistieron, ya que los delincuentes llegaban al lugar de trabajo de la hija, continuando con las amenazas.
Pese que la mujer, quien es pensionada de la Armada Nacional, acudió a las autoridades a denunciar el hecho, aún se siente desprotegida por las autoridades.
Particularmente, las localidades en el sur de Barranquilla, son las más afectadas por el tema de las extorsiones. Sin embargo, el comercio, y la ciudadanía en común, no es el único sector afectado, pues varios conductores del transporte público también denuncian ser víctimas de la exigencia de dinero. Gran parte de los casos de extorsión vienen desde las cárceles.
Las víctimas dejaron de ser solo comerciantes y transportadores, las intimidaciones de estas peligrosas estructuras criminales llegaron a las tiendas de barrio y hasta a las amas de casa.
Pero esto no sería suficiente, manejan hasta datos personales, incluido su número de cédula. La mujer pensionada informó a las autoridades de lo que estaba pasando y se le asignó un investigador que solo tuvo contacto con él en una sola ocasión y tuvo que encargarse solo de la situación.