La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos condenó los ataques y pidió a los grupos armados respetar el Derecho Internacional Humanitario.
La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos confirmó este lunes que en lo corrido de 2025 se han registrado 42 ataques indiscriminados perpetrados por grupos armados en los departamentos de Cauca y Valle del Cauca, en el suroeste de Colombia.
Según el informe divulgado en la red social X, estos hechos violentos han dejado al menos 27 personas muertas, entre ellas 19 civiles —incluidos una lideresa social y un líder comunitario— y 8 uniformados, además de 200 personas heridas.
La ONU lamentó especialmente el atentado con carro bomba ocurrido en el municipio de Suárez (Cauca), en la madrugada de este lunes, que dejó dos muertos y tres heridos. Las autoridades atribuyeron este ataque al Estado Mayor Central (EMC), la principal disidencia de las antiguas FARC.
Condenamos el ataque indiscriminado con explosivos esta madrugada en Suárez, Cauca, que dejó dos personas muertas y tres más heridas, además de generar pánico en la población y graves daños a bienes civiles”, señaló el organismo en su comunicado.
La Oficina de la ONU instó a los grupos armados no estatales a respetar el Derecho Internacional Humanitario (DIH) y los derechos humanos, recordando que los ataques indiscriminados están prohibidos. Asimismo, pidió que los responsables sean investigados, juzgados y sancionados.
El organismo también hizo un llamado al Estado colombiano para fortalecer las medidas de prevención y protección, y garantizar los derechos humanos a través de una implementación integral de las políticas de seguridad y desmantelamiento de organizaciones criminales, especialmente en las zonas donde persiste la presencia de grupos armados.
En esta región del país operan distintos actores ilegales, entre ellos disidencias de las FARC, el ELN y estructuras narcotraficantes, que disputan el control de los cultivos de coca y las rutas del tráfico de drogas. Durante los últimos meses, varios ataques con explosivos contra puestos policiales han cobrado la vida de civiles, policías y militares, agravando la crisis de seguridad en el suroccidente colombiano.
