Más de 450 personas, entre ellas parlamentarios y activistas internacionales, habrían sido sometidas a condiciones inhumanas tras la interceptación de la misión humanitaria a Gaza.
El equipo jurídico de la Flotilla Global Sumud informó que los activistas detenidos por las autoridades israelíes tras la interceptación de su misión humanitaria a Gaza sufrieron graves abusos y violaciones de derechos humanos. La operación dejó a más de 450 personas detenidas, entre ellas parlamentarios europeos y destacados activistas internacionales.
Según los abogados, los detenidos fueron sometidos a condiciones inhumanas en prisiones de máxima seguridad, enfrentando privación de alimentos y agua, negación de atención médica, hacinamiento extremo, violencia física y psicológica, e interrogatorios sin acceso a defensa legal. Algunos activistas habrían sido obligados a realizar actos degradantes, como posar con símbolos israelíes en contra de su voluntad.
Entre los casos más destacados se encuentra el de la activista sueca Greta Thunberg, quien habría sido alojada en una celda infestada de chinches y sufrió deshidratación durante su detención.
Las autoridades israelíes rechazaron las acusaciones, asegurando que los derechos legales de los detenidos fueron respetados, mientras que la comunidad internacional ha expresado su preocupación por el trato recibido por los miembros de la flotilla.
La Flotilla Global Sumud reiteró que su misión era exclusivamente humanitaria, destinada a proporcionar ayuda esencial a la población de Gaza, e hizo un llamado a la comunidad internacional para que exija responsabilidades por los abusos denunciados.
